¡Lotería! Arte visual, investigación e historia

El arte visual como un ejercicio intelectual, como una vía para reflexionar sobre la historia de México, es parte de la propuesta de las artistas y talleristas Atenea Castillo Baizabal e Yvette Yadira Olmedo, quienes llevaron a sus alumnos a investigar y reflexionar sobre este tema a través de la pintura.

Como su nombre indica, estos trabajos están basados en las cartas del juego mexicano de la lotería, las cuales fueron reinterpretadas por estudiantes de secundaria y preparatoria.

Las cartas fueron exhibidas en el Centro Recreativo Xalapeño durante el mes de marzo de este año. El contexto en el que surgió el proyecto fue el festival de día de muertos del Centro Escolar Siglo XXI, donde las talleristas imparten el Taller de Artes Plásticas. Cada año este festival propone como temática algún periodo de la historia de México, alrededor del cual se realizan diversas actividades. El año pasado el tema seleccionado fue el Porfiriato.

La idea de las talleristas fue generar un proceso reflexivo, creativo y de investigación a través de las artes plásticas, que abordara las diferencias o similitudes entre el México contemporáneo y dicho periodo: “Nos interesaba que los chavos tuvieran un proceso creativo, aparte de experimentar el proceso de pintar y lo que eso conlleva, que también investigaran, y que a partir de las investigaciones que ellos habían hecho pudieran pensar en imágenes: como “traducir” lo que ellos investigaron en una composición. Como es un tema serio, queríamos usar un juego para quitarle lo serio, y se nos ocurrió usar la lotería, que es un juego típico mexicano”, señaló Atenea Castillo.  

Así, las talleristas asesoraron a los chicos para que eligieran y transformaran una carta de la lotería, con el fin de “traducir” su investigación histórica y su reflexión a una imagen. Los alumnos trabajaron en parejas o en grupos de tres para concretar este proyecto, seleccionando una carta por equipo: la elección fue totalmente libre, dependiendo de lo que les llamara la atención o les pareciera más interesante. Cada carta funcionó como una guía para comenzar la investigación, de tal forma que las imágenes se fueran asociando con algún tema o momento concreto. Con esto, las talleristas intentaron facilitar a los alumnos la tarea de encontrar una temática específica dentro del periodo del Porfiriato. Durante el proceso, el trabajo de las maestras consistió en guiar a los alumnos, haciendo comentarios y sugerencias sobre sus ideas. La idea central era que fueran ellos los que tomaran las decisiones sobre su propio trabajo, sin que las talleristas impusieran alguna idea: “son ellos [los alumnos] los que están hablando a través de esas imágenes”.  

Algunos de los temas que se abordaron fueron los símbolos patrios, la libertad de expresión, las empresas transnacionales, la violencia, la política o el lugar que ocupan algunas minorías, como las mujeres indígenas. Un ejemplo es la carta de El Gallo, que se asoció con una frase usada por  Porfirio Díaz, “ese gallo quiere maíz”, que hacía referencia a los sobornos a los periodistas. Otro ejemplo es la carta de El Corazón, que se utilizó para explorar el lugar de las mujeres indígenas a través de una de las actividades que realizan: el bordado.

 En la opinión de Atenea Castillo Baizabal, los alumnos generalmente ven la historia como algo ajeno, incluso aquélla que es más cercana o los sucesos que ocurren actualmente. Sin embargo, acercarse a la historia a través de la pintura les dio una experiencia distinta: “El obligarse a transformar historia, información y teoría en imágenes les obliga a reflexionar, a acercarse [a la historia] y a hacerla suya.”

El trabajo que realizaron estas talleristas con sus alumnos es una muestra del potencial que tiene la pintura para acercar a los jóvenes a la historia, detonando procesos de investigación, reflexión y apropiación de la misma.